martes, 24 de julio de 2007

Sueños

Hoy he oído por la radio una entrevista a dos chicas que han permanecido una semana en la cumbre del Mont Blanc (Alpes francese e italianos). Han contado su travesía, su experiencia, las dificultades, que han sido muchas, y cómo al coronar la cumbre han estado seguras de que todo ha merecido la pena.

Su ímpetu, su optimismo, pareció colgarse de alguna extraña manera en las ondas hertzianas que transportan la señal de radio y ha llegado hasta mí.

Esto me ha hecho pensar que el acto de subir al Mont Blanc, de crear una empresa, de escribir un libro… tienen mucho en común. Básicamente consiste en tener un sueño, cuantificarlo en objetivos y crear un plan de actuación que te permita conseguirlo.

viernes, 13 de julio de 2007

Ayer terminó la 4ª termporada de Anatomía de Grey.
Reconozco que en esta ocasión no he sido muy fiel. Incluso reconozco que el hecho de verla ayer fue un solo "notenerquéhacer".
Sin embargo, justo ayer, me volví a enamorar de sus guionistas.

viernes, 22 de junio de 2007

Sigo encontrando libros raros

Ahora han caído en mis manos 5 tomos de una colección titulada Historias de amor de la historia de Francia; unos libritos editados en 1968 que de forma amena cuentan la historia de las galias desde el punto de vista de sus lances amorosos.
Nada más empezar a leerlas me he escandalizado… son insoportablemente misóginas. Sin embargo, cuando he podido malsobreponerme al hecho de que todas las desgracias de Francia se deben a las mujeres y todos sus éxitos a los hombres, he disfrutado de muchas aventuras deliciosas y originales.
Me han parecido un buen filón para la inspiración (uy, un pareado).

viernes, 15 de junio de 2007

Una historia increíble…pero cierta

¿Conoces a Eleanor Burford? Apostaría a que no, pero estoy segura de que la conoces por alguno de sus múltiples seudónimos: Jean Plaidy, Victoria Holt, Philippa Carr, Elbur Ford, Kathleen Kellow o Ellalice Tate.

Bicheando en Internet he encontrado esta historia que copio y pego:


El caso es que en 1946, tan sólo un año antes de ver publicada su primera novela, Eleanor se encuentra en una encrucijada: tiene más o menos encarrilada su carrera literaria, en la vertiente histórico-romántica, pero le apetece escribir, a partes iguales, género policíaco y romántico. Para buscar inspiración viaja a Francia, que por aquel entonces es un hervidero cultural e intelectual.

Allí conoce a Vernon Sullivan, un escritor de novela negra, y surge el romance. Vernon enseña a Eleanor a urdir tramas policíacas, primero con un tono mortalmente serio, más tarde cayendo en el humor más desatado. Eleanor y Vernon escriben a cuatro manos hasta cinco novelas en menos de un año. Pero tienen un problema: están escritas en inglés, y ellos prefieren que aparezcan en francés, como agradecimiento al país que les ha recibido con los brazos abiertos.
Ni Eleanor ni Vernon dominan el idioma de Molière hasta el punto de traducir las novelas, de modo que recurren a un crítico de la revista Jazz Hot, Amadís Dudu, ingeniero reconvertido en traductor ocasional y autor de una novela relativamente aceptable (Vercoquin et le plancton), para realizar la versión francesa de sus novelas. Dudu realiza un trabajo excelente. Se trata de un muchacho alto y desgarbado, más bien introvertido, demasiado volcado en su joven esposa como para seguir el ritmo de escritura del tándem Sullivan-Bufford. Por ello la pareja decide lanzar un órdago al joven Dudu: le ofrecen la posibilidad de publicar The Foam of the Days con su nombre, pues Eleanor ya está desencantada con tantos rechazos, se desentiende por completo de la literatura romántica y decide seguir el camino del policíaco. Sin embargo, a instancias de Vernon, Eleanor decide que Amadís Dudu es un nombre demasiado ridículo para permitirse la publicación de una novela seria (y que, además, aparece como protagonista en el borrador de una obra iniciada por Eleanor, Autumn in Pekin) y urge buscarle un seudónimo.
Así nace Boris Vian.


Tomado de un artículo de Juan Manuel Santiago

martes, 12 de junio de 2007

Alma

domingo, 10 de junio de 2007

Ambiciosa

Una amiga de este blog me ha hecho un descubrimiento fantástico… ¡Existe una versión en cine de una de mis novelas favoritas, “Por siempre Ámbar”!
Se trata de una peli norteamericana de 1947 interpretada por Linda Darnell y Cornel Wilde bajo la dirección de nada más y nada menos que Otto Preminger. Su versión española tomó el nombre de “Ambiciosa”.
Esto me ha hecho pensar en dos cosas:
1. En lo que me gusta el cine.
2. En lo mal que comprendió esta novela el traductor del título.

domingo, 3 de junio de 2007

Generaciones

Llegué tarde a la novela romántica.
Mi familia, un matriarcado donde las mujeres se han evadido durante (al menos) tres generaciones a través de la lectura de novelas románticas, me permitió crecer encontrándome en las esquinas del sofá, sobre la mesa de la cocina y entre los almohadones de la cama, montoncitos de novelas tipo Jazmín que entre tarea y tarea, quitar mocos a un niño, ir a hacer la plaza y tenerlo todo perfecto para cuando llegara el hombre, leían furtivamente al principio y con el mayor orgullo un poco después.
Claro. Yo llegué a la adolescencia, esa época extraña donde nos volvemos contra todo, y una de mis víctimas fueron las novelas románticas.
Después, cuando me convertí en una chica fina, eso de leer novelas de amor estaba mal visto y por supuesto renegué del género con una vergüenza oculta hacia la afición de mi madre, mis tías y mi abuela.
Un día que no recuerdo (creo que durante la convalecencia de una gripe terrible). Se me ocurrió leer una de esas novelas que proliferaban por mi casa como hongos en un humedal y… me maravillé.
Se trataba de Por siempre Ambar, de Kathleen Winsor.
Y hasta hoy.

jueves, 31 de mayo de 2007

Más Clásicos

No tenía ni idea de que existía una edición en español, y ahora va y encuentro una en un portal de venta de libros de segunda mano. Es de 1943. Por 12 euros ha llegado a mis manos la única edición en nuestra lengua de las Memorias de Madame de Campan, encuadernadas en tela color marfil con resaltes en oro. Está un poco desgastada, algunas hojas presentan signos de moho, pero se embellece con una dedicatoria fechada en Ceuta, 1945, y firmada por Inés Sánchez (¿Qué historia habrá detrás?).
Estas memorias, ansiadas por mí desde que tuve conocimiento de su existencia, son fácilmente encontrables en Internet en lengua francesa e inglesa, pero, fijaros que interesante: madame Campan fue lectora de las hijas de Luis XV, camarera y amiga personal de María Antonietta hasta el final de sus días en la guillotina, y profesora y consejera de la hija de Josefina Bonaparte. ¿Qué tendrá que contarnos? Ya os lo diré cuando termine de leerlas.
Creo que me lo voy a pasar muuuy bien.

lunes, 28 de mayo de 2007

Piratas

No podía ser de otra manera; son el símbolo de la libertad y, Babette, el personaje femenino en NO TE FÍES DE UN BANDIDO, en el fondo de su ser, quiere ante todo ser libre.

Ser libres.
Cuando pienso en la libertad, en mi forma de ver la libertad, pienso en piratas y en Thelma & Louise, y en la curiosa similitud entre ambos de estar fuera de la ley, de sacrificar su pertenencia a la sociedad a cambio de un poco de aire fresco.
Evidentemente, con esto, no me queda más remedio que renunciar a mi libertad: soy una chica de ciudad, atada a una agenda, que me encanta ir a votar y pago religiosamente mis impuestos.
Sin embargo, cuando escribo novelas de amor, me gusta que estén llenas de piratas.

Desconocidos

Hace unos días asistí a una conferencia de Eduardo Punset.
Nos contó algo sorprendente que no estoy muy segura si os transmitiré de forma correcta.
Imaginaros andando por la calle, un poco despistadas, como, al menos yo, suelo ir siempre, pensando en lo que aún nos queda por hacer o si nos hemos dejado la lavadora puesta. En ese momento te cruzas con un desconocido y… tu cerebro empieza a procesar, como si fuera el archivador de una vieja biblioteca: si ese rostro es familiar, si pertenece a alguien que en algún momento haya compartido un pedazo de nuestras vidas y, si no es así.
NOS ENAMORAMOS.
Nos enamoramos de lo desconocido, de lo no cifrado en nuestra memoria. Así de sencillo.
Y yo me pregunto ¿Qué hay de eso de que siempre buscamos a alguien como nuestro padre o como nuestro primer amor?¿Qué hay de las que nos enamoramos una y otra vez del mismo tipo de individuo y que siempre sale mal, (pues por eso es una y otra vez y no una sola vez)? ¿Qué hay de …?
Eduardo, seguro que te entendí mal.

martes, 8 de mayo de 2007

¿Es necesario haber amado...?

-Para escribir sobre el amor ¿es necesario haber amado?
“¡Vaya preguntita!” –pensé cuando la oí de labios de una periodista.
…y reconozco que no supe, no sé contestarla.
¿Hay que vivir una experiencia para saber narrarla? ¿Hay que matar para saber qué siente un asesino? ¿Qué violar para saber qué pasar por la cabeza de un violador? ¿Que despreciar para conocer las formas y maneras del desprecio? No estoy muy segura de ello, no sé. Sobre todo porque cuando medito sobre esto pienso en emociones negativas y el NO acude a mi cabeza.
Pero cuando razono sobre emociones positivas… ¿Es necesario haber sido feliz para escribir sobre la felicidad? ¿Haber estado esperanzada para narrar la esperanza? ¿Eufórica para la alegría?....
Yo soy una mujer que he amado, pero mi amor no es el que se refleja en mis historias.
El de mis libros es más el amor que sueño con tener cuando no estoy enamorada.

miércoles, 2 de mayo de 2007

El amor y el tiempo

Solo dos cosas que no se pueden comprar ni vender; el amor y el tiempo.

domingo, 22 de abril de 2007

Mujeres y Jet Lag

Dulces, geniales, esclavas, crueles, atormentadas, felices, infelices, ingenuas, engañadas, perdidas, maravillosas, mentirosas, manipuladoras, comprensivas, altivas, sumisas, madres, amantes, envenenadoras, hermosas, feas, sensuales, beatas, rubias, morenas, cautivadoras, insensibles, extranjeras, religiosas, ateas,…mujeres dulces y amargas. Así son las mujeres que quiero que protagonicen mis novelas.

domingo, 15 de abril de 2007

Los límites

Me decía un amigo que le sorprendía de la novela romántica actual el hecho de cómo ha sabido crecer, multiplicarse en decenas de subgéneros (regency, histórica, sentimental, paranormal, travel time…) siendo un género tan limitado en su estructura.
-¿limitado en su estructura? -pregunté yo con la frente fruncida, a punto de saltar.
- Sí, -intentó aclararse-. Me refiero a que el esquema siempre suele ser el mismo: Chico conoce a chica. Surge un conflicto. Chico y chica son felices.
Lo miré mientras una sonrisa aparecía en mis labios Mabelyn New York.
-Te equivocas. No hay límites.–le contesté yo-. Si no, mira esto.

domingo, 8 de abril de 2007

La Pepa

Se me ocurrió pensar que meses antes de que Babette (la protagonista de No te fíes de un bandido) atravesara el océano en busca del amor, en Argentina se encumbraba el Primer Triunvirato, que fue el órgano ejecutivo que reemplazó a la Junta Grande y gobernó las Provincias Unidas del Río de la Plata, y en España se estaba promulgando la Constitución de 1812, que tiene el sobrenombre de La Pepa (por promulgarse un 19 de marzo, día de San José). Me leí detenidamente La Pepa y (con sus luces y sombras), me quedé con un artículo que dice:

Art. 13.
El objeto del Gobierno es la felicidad de la Nación, puesto que el fin de toda sociedad política no es otro que el bienestar de los individuos que la componen.


¿Seguirá siendo éste el objetivo de los gobiernos de todo el mundo?

jueves, 5 de abril de 2007

Una mujer hispana en la Francia revolucionaria

Durante el periodo de documentación para No te fíes de un bandido, topé con un personaje que quiero compartir con vosotras.
Se trata de Teresa de Cabarrús, que nació en Madrid en 1773 y era hija de un banquero español. Con 15 años casó con el marqués de Fontenay y fue presentada en la corte de Luis XV. En 1789, Teresa comenzó a tomar interés en la política liberal, y cuando su marido huyó durante la Revolución Francesa ella volvió a tomar su nombre original, habló ante la Convención y obtuvo el divorcio en 1791. Tres años más tarde tuvo que refugiarse en Burdeos y aunque estuvo arrestada por su condición de antigua esposa de un aristócrata, su físico y maneras encantaron al comisario de la Convención, Tallien, que la hizo su amante y con su influencia obtuvo la libertad de muchos presos. Teresa lo acompañó cuando él fue reclamado a París, sólo para ser de nuevo encarcelada por orden de Robespierre, primero en La Force y después en Carmes, donde conoció a Josefina de Beauharnais.
Una carta de Teresa a Tallien impulsó la conspiración que derrocó a Robespierre y en 1795 Teresa fue liberada y aclamada como "Notre Dame de Thermidor", o "nuestra señora de Termidor". Los amantes se casaron, su salón se convirtió en el centro de la sociedad durante el Directorio, pero la estrella de Tallien disminuyó y en 1802 se divorciaron. Después de un breve flirteo con Napoleon, Teresa puso sus ojos sobre el millonario Ouvrard y finalmente, procurando ganar respetabilidad (ya que Napoleón le negaba el acceso a la corte por considerarla una mujer indecente), casó con el conde de Caraman en 1805. La muerte de su suegro la elevó rápidamente a Princesa de Chimay, y desde entonces vivió en sus posesiones, que se convirtieron en parte de Holanda tras la batalla de Waterloo. Teresa de Cabarrús alumbró a lo largo de su vida a diez hijos con sus diferentes amantes. Murió en 1835.
La duquesa de Abrantes, en sus memorias, la recordó como una mujer de animo y belleza encantadora, que aunaba la pompa francesa y el gusto por los placeres de los hispanos.

miércoles, 4 de abril de 2007

Queda menos

Muy poco queda ya para que No te fíes de una bandido esté a la venta y, al fin en mis manos.
En Argentina se distribuirá mediante una amplia red de librerías, y en España de manos de Heartmaker.
El diseño interior del libro, lo que se llama la tripa, ha quedado perfecto a mi entender. La cubierta, que no necesitó discusión ya que el equipo de diseñadores, la editora (Mercedes, eres un cielo), y yo estábamos conectados telepáticamente y nos surgían las ideas al unísono, me encanta.
Y la historia que encierra, aunque está mal que yo lo diga, te va a gustar.
Una o dos semanas y tendré un retoño cuadrado que huele a papel y tinta.

lunes, 2 de abril de 2007

Clásicos, clásicos

Hace un par de días me notificaron la aparición de una segunda edición de mi novela Alma, ya que la primera está prácticamente agotada. Será una edición revisada, y ahora estoy en pleno proceso de repaso. No la había vuelto a leer desde que la entregué al editor hace más de tres años, (quizá por miedo a querer cambiar alguna escena. Quizá por una cuestión de desintoxicación después de haberle dedicado tantas, tantas horas).
Y es curioso, porque de algunas escenas no me acordaba (¿debo preocuparme por esto?... jajaja). Durante su relectura he recuperado dos títulos que aparecen en la novela, que han sido muy importantes en mi vida y que descansan sin ser abiertos desde hace años en mi apolvada biblioteca (léase estantería con libros).
Ahí van: Manon Lescaut (Antoine-François Prévost d' Exiles, 1731) y La princesa de Cleves (Mme. de La Fayette 1678).
El primero lo acababa de leer Margot (la prima de Alma) justo antes de que Bertrand apareciera en escena. El segundo es el que toma Alma por casualidad justo antes de que… bueno, es mejor leerlo.
Son dos novelas increíbles, realmente románticas, de las que no se olvidan, de las que marcan. Y leyendo de nuevo Alma, recordé que no eran citadas por casualidad, sino que, cada una de ellas, marcaba en el personaje un presagio de lo que le iba a acontecer a partir de entonces.

domingo, 1 de abril de 2007

Cartas de amor de una monja portuguesa

Ha caído en mis manos una edición de las Cartas de amor de una monja portuguesa (¿recordáis el libro que leían en La vida secreta de las palabras?).
Se trata de un texto de la segunda mitad del siglo XVII que supuestamente escribe la religiosa Mariana Alcoforado, a su amado el marqués de Chanilli. Digo supuestamente porque la autoría no está nada clara y todo apunta a que fue su traductor a la lengua gala, Gabriel de Lavergne, su verdadero autor.
Pero eso no importa, ya que estas 5 cartas, publicadas por primera vez en 1669, son verdaderamente interesantes y retratan el amor abandonado de una forma magistral.
Me atrevo a copiaros un fragmento ya que, al ser una obra antigua, está libre de copyright:

... ¿No podríais venir a verme y llevarme a Francia? Pero no lo merezco, hacedme cuanto os plazca, mi amor ya no depende de la forma en que me tratéis; desde que os habéis ido, no he tenido un solo momento de salud, y no tengo más gozo que nombraros mil veces al día…

viernes, 30 de marzo de 2007

¿A dónde?

Muchas partes del guión de una novela no tienen una razón de ser tan predefinida para mí como, por ejemplo, el comienzo de la obra.
Me explico; ya sabemos que Babette va a viajar, pero… ¿A dónde? ¿A dónde la llevamos?
Hubo varias opciones planteadas según el atractivo de lo que estaba sucediendo entre 1813 y 1814 en esos lugares: Turquía, Egipto, Noruega, Argentina, México…
Pero en ese momento yo estaba leyendo a Lisa Kleypas y me acababa de enamorar perdidamente de Phillipe Vallerand, por lo tanto Babette no podía ir a otro lugar que no fuera Estados Unidos
Así funciona muchas veces mi cabeza.

miércoles, 28 de marzo de 2007

Marie Claire del mes de abril

La revista Marie Claire del mes de abril dedica toda una página a la novela romántica en un reportaje titulado Loves is in the air, firmado por Gabi Martínez. En el último párrafo dice así:

Los editores confían en la aparición de una nueva Corín Tellado -ya suenan nombres como Bel Frances o la cordobesa Jezz Burning-, pero se ve aún muy lejos de colocar a tres autoras españolas en las listas de best-seller, como ocurre en EE.UU.

Y yo me siento muy dichosa de aparecer entre dos mujeres que admiro; una, un clásico, y la otra, una gran promesa, y yo en medio, arropada, y muy, muy a gusto.

martes, 27 de marzo de 2007

Babette

Babette (la condesa de Mirecourt en NO TE FÍES DE UN BANDIDO) no es un nombre original; lo he raptado de uno de mis cuentos favoritos de Isak Dinesen (Karen Blixen); El Festín de Babette, del que Gabriel Axel hizo una película maravillosa en 1987.
Aún así solo hay un punto en común entre estos dos personajes con el mismo nombre; su pasado.
Las dos arrastran un pasado oscuro, oculto, silencioso, de esos que empiezan a dar gritos cuando más silencio necesitamos.

sábado, 24 de marzo de 2007

Jacques Bonnier


Lo reconozco; disfruto un poco más creando los personajes masculinos que los femeninos. Debe haber una razón froidiana para esto, un vuelco de deseos, frustraciones, experiencias cognitivas y algun que otro motivo oculto.
Con Jacques Bonnier, el protagonista de NO TE FÍES DE UN BANDIDO pasó así; debía ser un tipo de crápula muy especial, una mezcla entre tipo duro, canalla, rufián y, por supuesto, bandido pero que, cuando se enamorara… uf, lo que no haría cuando se enamorara.

viernes, 23 de marzo de 2007

¿Por qué una tormenta?

¿Cómo empezar una novela? Esta es para mí una de las preguntas que más me importa a la hora de comenzar un proyecto literario. La abordo desde el principio, antes incluso de enfrascarme durante meses en el largo (y precioso) proceso de documentación.
Por un lado –pienso- el principio es el que marca el carácter de la obra; por otro, es una tarjeta de presentación ante el lector.
Eso significa -¿os pasa a vosotras?- que cuando se me ocurre la trama de una novela, antes de saber incluso qué pasará, cómo concluirá, sé ya cómo comienza.
NO TE FÍES DE UN BANDIDO empieza con una tormenta. Una tormenta tan virulenta que parece querer anegar el mundo. Y esto no es gratuito; cuando pasó por primera vez esta obra por mi cabeza, pensé en una mujer cuyo corazón estuviera tan convulsionado como una pequeña embarcación en medio de una tempestad.

domingo, 18 de marzo de 2007

No te fíes de un bandido

No te fíes de un Bandido es una historia sobre los convencimientos arraigados. Sobre todo aquello que estamos seguras de saber, de creer, y que solo el tiempo, la distancia, la posibilidad de probarlo y experimentarlo puede llegar a confirmarnos en la certeza o el error.


Sí. Un post un tanto oscuro. Pero es domingo por la noche.

viernes, 16 de marzo de 2007

La moda en los alrededores de la Revolución Francesa


Con la Revolución Francesa el mundo del mueble, de la moda, sufren un cambio radical, tan acusado como el cambio social; desaparecen las taraceas, las líneas se vuelven duras y el estilo neoclásico hace su aparición. Los motivos clásicos y egipcios adornan el mobiliario y las paredes se cubren de telas drapeadas que imitan los cortinajes de las tiendas de campaña romanas.

En cuanto al vestido, los ajustados corsés desaparecen, volviendo un poco después bajo los ligeros trajes de muselina. Los escotes se redondean, el talle sube hasta debajo del pecho y las faltas caen sin forma y arrastran una pequeña y elegante cola. La riquísima seda desaparece y toma su lugar el algodón y la muselina. Se alargan los chales y sobre todo vuelven los de cachemira. Por último, los bolsos se tornan pequeños y graciosos.
Son las mujeres “merveilleux”.

jueves, 15 de marzo de 2007

Los personajes secundarios de Alma


Se me ocurrió escribir algunas escenas sobre los personajes secundarios de Alma. Aquí va uno de ellos:

Una bandada de patos salvajes cruzó el cielo camino del sur. Era la señal inequívoca de que el tiempo empezaba a cambiar y la metáfora perfecta para explicar que las cosas ya nunca serían iguales.
La mujer aceleró el paso y llegó al fin a la rue Royale.
De todas las direcciones llegaban más y más personas deseosas de no perderse el espectáculo. Era día festivo y mañana quizá los ojos se negarían a abrirse.
Miró en ambas direcciones y se ajustó el gorro blanco de algodón sobre la frente. No era posible que la reconocieran, pero había que tomar precauciones.
Al final de la calle tuvo que detenerse un momento. Un escalofrío de terror le debilitó las piernas ante la presencia de la enorme plaza.
La multitud se agolpaba, unos con otros, sin espacio.Hoy era un día grande y nadie quería perdérselo.
Ella era quizás la única que guardaba en su corazón un mensaje muy distinto a los demás. Desde donde se encontraba no podía ver bien. Pidió disculpas e intentó avanzar por entre la masa compacta de espectadores, pero resultaba imposible.
Entonces oyó el murmullo.
Provenía de atrás. El ruido de mil voces furiosas descargando el veneno del odio.
Cuando al fin pudo girarse apenas esquivó el empujón de un guardia nervioso que apartaba a la multitud para dejar paso.
Un segundo, un remolino de público gritando y se encontraba detrás del carro, empujada hacia delante, hacia el centro de la plaza.Intentó luchar, zafarse, pero fue imposible. Lo que había venido a hacer no necesitaba tan buena perspectiva.
Dejándose arrastrar, levantó al fin la vista.
Sobre el carro que marchaba lentamente delante de ella iban tres personas; el cochero, que arreaba con calma los caballos, un alguacil nervudo que sostenía una soga entre las manos y una mujer de espaldas, vestida de blanco y que permanecía sentada en el travesaño que antaño servía para soportar el heno.
La multitud furiosa la insultaba, con palabras gestadas por mil días de hambre y frío.
Sin darse cuenta llegaron al centro de la plaza. Allí terminaba el viaje.
La casualidad había querido que tomara el mejor puesto, en primera fila del espectáculo, a pocos metros del cadalso.
Las imágenes a su alrededor se sucedían como en un sueño, lentas, dilatadas y brumosas.
Ella había venido a orar y ahora se daba cuenta que sus palabras no encontraban el camino del cielo, paralizada como estaba ante el horror.
La mujer del carro había subido a una plataforma de madera que se encontraba a poco más de un metro del suelo. Llevaba las manos atadas a la espalda y dos hombres más la esperaban allí.
Entonces pudo ver su rostro por primera vez.
El cabello lo llevaba recogido bajo un gorro similar al que ella tenía puesto, del que se le escapaba algún rizo que se había resistido a las manos del carcelero, y un sencillo vestido de algodón blanco cubría su cuerpo.
El azul profundo de sus ojos no mostraba miedo, más bien desencanto. El epílogo de su vida no debía de haber sido éste, sino una cama cálida rodeada de los suyos.
Con un gesto piadoso el verdugo la colocó de pie frente a una plataforma vertical de madera y la sujetó a ella con correas.
Con un movimiento experto la plataforma giró sobre un eje central y tornó a su primitiva posición horizontal, dejando a la mujer tumbada boca abajo.
La multitud, que hasta ese momento había estado bramando de odio, enmudeció de pronto. Eran instantes demasiado importantes como para descuidarlos.
Tuvo que ser rápido, pero a la mujer solitaria de la multitud le pareció una eternidad.
El verdugo accionó el mecanismo y la hoja afilada descendió entre dos raíles perfectamente engrasados.
El sonido se oyó de uno a otro extremo de la recién nombrada Plaza de la Concordia y la cabeza de la cautiva terminó en una cesta a los pies de la guillotina.
María Antonieta de Habsburgo, Reina de Francia, acababa de ser ajusticiada.
Como a la orden de una señal, la multitud empezó a bramar furiosa. Habían sido muchos años de carencias, de necesidades, y la sangre de los reyes era el mejor elixir para un pueblo cansado de penurias.
La mujer era la única que no parecía reaccionar.
-¿Qué? ¿No te alegras de la muerte de la perra austriaca? –le espetó un hombre a su lado.
Entonces comprendió que debía salir de allí, que su vida corría peligro entre esa multitud furiosa.
Arrastrada por la marea humana llegó hasta el puente y con paso rápido alcanzó el Palacio Borbón.
Allí pudo respirar un poco de aire fresco y poner sus ideas claras.
-¿Madame?- oyó a sus espaldas.
Un escalofrío de terror la paralizó. Si era reconocida no tardaría en seguir el mismo camino que la reina.
Miró en aquella dirección y pudo ver a un hombre joven y desconocido dirigiéndose hacia ella.
Cuando llegó a su altura la tomó del brazo y avanzó a paso rápido, camino de Saint Germain.
Una vez que la multitud se disipó a su alrededor, quedaron solos en medio de las desiertas calles de París.
- Es peligroso que andéis por París en estos días, madame.
- ¿Me conocéis?
El hombre le dirigió una sonrisa apenas esbozada.
-Os recuerdo. Erais amiga de mi madre.
-¿Cómo os llamáis? –preguntó curiosa por primera vez.
-Soy el teniente Beaujeu- contestó el joven – y vos, sin duda, sois madame Pauline.

domingo, 11 de marzo de 2007

sábado, 10 de marzo de 2007

Llegar a América en el siglo XVI

Había dos flotas anuales de salida. La primera con rumbo a Nueva España, Honduras y las islas mayores antillanas zarparía entre finales de abril y mayo. La segunda, con destino a Nombre de Dios, en Panamá, Cartagena, Santa Marta y otras poblaciones del norte de América del Sur, partiría en agosto. Ambas flotas debían invernar en las Indias. La de Veracruz y las Antillas regresaría en febrero, y la de Panamá en enero, para reunirse ambas en la Habana, de donde debían volver juntas antes de final de marzo.
Las escalas eran así:

Sevilla - Canarias................................... Unos 6 días
Canarias - Santo Domingo..................... Más de 30 días
Santo Domingo - Veracruz.................... No menos de 24 días
la vuelta era, habitualmente, por Las Azores.

¿Que a qué viene esto? Estoy hecha una polizón, en plena investigación para una próxima novela.

jueves, 8 de marzo de 2007

Anatomía de Grey...

martes, 6 de marzo de 2007

Una anécdota curiosa

Cuando se editó Alma me pidieron desde la editorial que buscara una imagen para la portada; algún personaje, cualquiera, que yo pudiera identificar con la protagonista.
Me fue casi imposible; la muchacha asustada que había en mi cabeza no se parecía a ninguna que encontraba en Internet o en la biblioteca histórica de mi ciudad.
Un día cayó en mis manos esta imagen; era el retratro de una zarina rusa y, aunque levemente, se podía parecer a Alma en su época de mayor esplendor, y así se lo hice saber al editor.
¡Estaba decidido; ya teníamos portada!
Una semana después se pusieron en contacto conmigo para decirme que los derechos de reproducción de la obra los tenía el museo Pushkin de Moscú y, que al ponerse en contacto con ellos para su cesión fueron sometidos a un laaaaaaaaaargo y suspicaz interrogatorio, ya que la obra había sido robada y permanecía en paradero desconocido desde hacía 20 años. "¿Habíamos sido nosotros?" Se preguntaban en Rusia.
Así que, para no entrar en camisa de once varas, hubo que buscar esta otra imagen para la cubierta.

Recuerdos de la época de Alma

Todo comenzó cuando los propietarios del Restaurante El Atrio (Cáceres), decidieron pujar en la prestigiosa casa de subastas Christie’s de Londres por una botella de Sauternes de 1806.Se la llevaron por 20.000 €, que no es una cifra despreciable, y nada más volver a casa, una fatalidad provocó que la botella se rompiera y solo se salvara su precioso contenido gracias al film transparente que la envolvía.La tragedia estaba servida; el contacto del vino con el aire podía deteriorarlo.Una llamada urgente a madame Garbey, la enóloga de la prestigiosa bodega de donde salió la botella hace ahora 201 años, les embarcó en un viaje a Francia donde un grupo de expertos intentaría recuperar el caldo sin que sufriera deterioro. Con sumo cuidado consiguieron escanciarlo en una nueva botella de la época y rellenarla –pues era un poco mayor- con perlas de cristal. El tapón seguiría siendo en original y garante de la salud del caldo. Ahora se puede comprar este vino de 1806 en el restaurante El Atrio, en Cáceres, muy parecido al que Alma y sus amigos degustaban en sus fiestas, por el módico precio de... ¡¡¡110.000€!!!

lunes, 5 de marzo de 2007

Alma


En 2004 apareció mi primera novela titulada ALMA.
Era el primer intento por materializar en forma de relato las muchas tramas que se articulaban en mi cabeza.
Tuve algo claro desde el principio; mis personajes femeninos no iban a ser damisela virginales y delicadas que se dejaban arrastrar; serían mujeres decididas, que aprendían de su experiencia, que erraban, amaban, odiaban... vivían.
El telón de fondo para Alma fue la Revolución Francesa, porque en pocos momentos de la historia fue todo tan posible; hoy se podía ser Reina y mañana viuda de Capeto.
ISBN: 84-933683-0-X
PVP: 16,00 €
326 páginas
Aquí va el primer fragmento del primer capítulo:

-¡Margot, Margot, despierta! Se acerca un carruaje por el camino de París.
-¡Oh, Alma, déjame dormir!-se quejó su prima. Usó la sábana para taparse la cabeza y se acurrucó en el rincón más alejado de la cama para que no volviera a molestarla.
La buhardilla tenía dos ventanucos desvencijados que colaban el viento frío en invierno y dejaban paso a los mosquitos en verano. Uno se abría hacía el puerto y el mar, y el otro enfilaba el camino de París.
Alma estaba excitada. Todas las noches, antes de meterse agotada en el jergón frío de heno prensado que hacía de cama, se asomaba por el ventanuco estrecho y descuadrado, envuelta en un viejo chal, y soñaba despierta con París.Este camino, para ella, acostumbrada a zurcir redes, salar pescados y bracear sedales, era el inicio mágico de una senda por donde llegaba y desaparecía todo lo bueno, todo lo hermoso.
Por allí venían los apuestos caballeros de la ciudad, que se detenían un momento en la fonda antes de continuar hacia Calais; Alma los veía llegar montados en sus nervudos caballos y con ropas tan elegantes que al rato se ruborizaba al darse cuenta de la forma en que los miraba.
Por el mismo camino partían las mejores lubinas que salían del mar, y las ostras, y los fabulosos crustáceos; cuando era pequeña imaginaba que eran devorados por personajes tan fantásticos como ellos.
Pero sobre todo, por el camino de París, había desaparecido la hermosa dama de sus sueños.
Ella tomó también ese camino para no volver nunca más.
El sueño se repetía una y otra vez.
La carroza estaba allí cuando comenzaba; era enorme y negra y los caballos piafaban asustados por el inmenso aparato eléctrico de una tormenta que en breve se precipitaría sobre ellos.
-Esto eres tú -le decía la dama vestida de tinieblas colocándole la delicada cadena-. No lo olvides jamás.



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